jueves, 24 de abril de 2014

Las pinturas de la iglesia de San Mateo Apóstol, un enigma resuelto

(Hornacina de San Jacinto, Patrón de Villanueva del Duque)

Durante las obras de restauración y acondicionamiento de la Iglesia Parroquial de San Mateo Apóstol y Evangelista de Villanueva del Duque, iniciadas el dieciséis de mayo de dos mil once, siendo párroco José Francisco Gil Blanco, volvieron a la luz unas pinturas que causaron más expectación que calidad tenían, y que debido a ello, bien merecen una pequeña miscelánea que nos recuerde su ya breve “historia”.
(Zócalo del presbiterio)

Para la instalación del sistema eléctrico en la Parroquia, se trazaron unas rozas por las zonas que menos daño artístico pudieran causar a la fábrica, así como la eliminación de aquellos elementos disonantes que a lo largo de los años se fueron incorporando al conjunto del templo y que en nada le favorecían.

Se inició la tarea con el destablado de los laterales del presbiterio del zócalo de madera colocado a finales de los años sesenta, y es a partir de aquí cuando empezaron los misterios pictóricos de la Iglesia.
(Frontal de la Capilla de la Inmaculada)

Pues bien, estas pinturas que formaron lo que en su momento fue el zócalo presbiteral, fueron ejecutadas a mediados de los años cincuenta del siglo pasado, por dos artistas de la vecina localidad de Pozoblanco, Bienvenido Cárdador, y encargadas  por el entonces párroco, Francisco Vigara Fernández, quien les encargó otras ejecuciones más.
(Detalle del frontal de la Inmaculada)

Para su trazado, siguieron una sencilla secuencia alternante de rombos amarillos, sobre fondo rojo, con sombreado en negro en sus laterales derechos para darle volumen, y pilastras amarillas con las estrías también en negro a lo largo de todo su fuste, en sentido vertical. El “capitel” de las mismas se consiguió con líneas que forman figuras ovaladas (a imitación de las hojas utilizadas en las órdenes clásicas) y coronadas con trazados geométricos. Para la basa, líneas triangulares. El remate de esta secuencia o zócalo pictórico, consistió en una greca decorada con líneas y ángulos rectos entrelazados entre sí, consiguiendo una faja continua.  

Pero este zócalo pintado fue ocultado a la vista de los fieles, cuando en las obras de acondicionamiento de los años ochenta, se colocaron sobre ellas, las tablas laminadas que han sido eliminadas durante estas obras.
(Bóveda de la nave central)

Como decía al principio, la roza ejecutada para empotrar el tendido eléctrico, dejó al descubierto en el lado de la Epístola un pequeño hueco, que al comprobarlo, se descubrió que correspondía a una hornacina semicircular de mediado tamaño, policromada en tonos ocres, rematada en cúpula de un cuarto de esfera, en tonos más claros, y que utilizando también las líneas negras, insinuaba los nervios. Evidentemente, en el otro testero, es decir en el del lado del Evangelio, se  hicieron unas catas, y dejaron al descubierto otra hornacina, en este caso sin policromar, en un blanco absoluto, aunque tras las obras pertinentes para equilibrarla visualmente con la otra hallada, se advirtió que también tenía igual policromía, tras su blanqueado.
(Rosa pintada en la bóveda)

Con toda seguridad, el cerramiento de estas dos hornacinas partió de la idea del párroco José Elías Sánchez Jurado, durante las obras de restauración y acondicionamiento tras la Guerra Civil, y que hasta que no se han vuelto a destapiar muchos de nosotros desconocíamos de su existencia. 
  
Puestos al habla con personas mayores de nuestro pueblo que las vieron in situ, recuerdan que en la hornacina de la Epístola, se ubicaba la imagen de la Virgen del Rosario (advocación perdida en Villanueva del Duque), y en la del Evangelio, la anterior imagen de la Virgen de los Dolores.
(Descubrimiento de la Hornacina lado de la Epístola)

Mientras las obras propias de la Parroquia seguían su curso, especialistas del Obispado en la materia evaluaron el estado y ejecución de este singular zócalo pictórico, de escaso valor artístico, por lo que recomendaron no conservarlo ni restaurarlo. 

Pero como lo que es esperado es en ocasiones lo que no aparece, al cumplirse casi un mes del desarrollo normal de las obras, y al despejar la hornacina del lado del Evangelio, se advirtió que se realizó otra sobre la ya existente policromada, desplazándola ligeramente hacia su derecha, de ahí que en las primeras semanas solo apareciese esta hornacina blanca, más alta y estrecha, lo que hacía pensar el porqué la ausencia de color en ella, cuando litúrgicamente, su lugar prevalecía sobre la del otro lado.  
(Trabajos de adecuación de las Hornacinas)

Al destablar el frontal de la Capilla de la Inmaculada, volvieron a la luz las pinturas antes comentadas, que a pleno color, imitaban la construcción de un retablo, apreciando además los bocetos para la configuración de las columnas y elementos arquitectónicos a pintar, seguramente de otro diseño finalmente no ejecutado.

Otros lugares de la Parroquia, como en el lado derecho de la Capilla de Pasión o en el último cuerpo de la nave, en el lado del Evangelio, se han apreciado restos de policromías, que bien podrían ser el trazado de un zócalo, ya que se localizan a la misma altura unas de otras.
(Técnico instalando las nuevas Hornacinas)

Pero las sorpresas parecen ser las protagonistas de las obras, pues cuando ya parecía que estaba todo visto, al raspar la pintura del centro de la bóveda de medio cañón de la nave del templo, aparecieron en el centro unos grandes rosetones policromados, en cada uno de sus cinco cuerpos, notablemente deteriorados por haber sido raspados, presentando una roseta central con borde rojo, no apreciándose lo pintado en su interior, y perfilando su perímetro con un borde entre rojo oscuro y granate-negro de líneas ondulantes geométricas.

También, en el muro correspondiente a la apertura de la Capilla de la Inmaculada, aparecieron pinturas con elementos geométricos y circulares en todo ese lienzo, lo que hace suponer que sería el trazado ornamental de esos paramentos, pertenecientes a una época posterior a la ejecución de la fábrica, a imitación de otros templos así trazados. El arco de acceso a esta capilla, simulaba dovelas con pintura.
(Detalle de las nuevas Hornacinas)

Otro detalle de especial interés ha sido el comprobar que en el lienzo del muro de los pies de la iglesia, del lado del Evangelio, el correspondiente al que llega justo al coro alto, se observan las trazas de diseños a lápiz de lo que podría haber sido el boceto para la ejecución un retablo pictórico que no llegó a ejecutarse dado que no presenta relleno alguno de colores. Este lienzo del muro, tiene restos de policromía,  posiblemente al óleo, con claros indicios de mayor antigüedad, y que podrían corresponder a la ornamentación general del templo, dado que han aparecido en otros paramentos igual signos de pinturas.
(Símbolo de San José: sierra y azucena, en alusión a su trabajo y pureza)

Finalmente, para continuar con el embellecimiento del interior del templo parroquial, se acordó instalar unas hornacinas en los huecos aparecidos, siguiendo la línea del retablo mayor, de modo que formasen un conjunto armónico, y donde se ubicarían las imágenes de San José, en el lado del Evangelio, como Patrón de la Iglesia Universal, y San Jacinto, en el de la Epístola, como Patrón de nuestra localidad, Villanueva del Duque.
(Símbolo de San Jacinto: custodia y anagrama mariano)

                Concluida la Solemne Vigilia Pascual, el diecinueve de abril de dos mil catorce, el párroco Ignacio Mora Vilaltella, bendijo ante toda la comunidad parroquial allí reunida, las hornacinas, siendo desde ese momento, el altar particular de estos dos Santos, tan significativos y de enorme devoción popular entre los Villaduqueños.

José  Caballero  Navas
(Hornacina de San José, Patrón de la Iglesia Universal)

lunes, 21 de abril de 2014

Monumento de la Semana Santa 2014 en Villanueva del Duque

Monumento de la Semana Santa 2014 en la Parroquia de San Mateo Apóstol y Evangelista, de Villanueva del Duque
SIGNIFICADO DE LA VISITA A LOS MONUMENTOS

Después de la misa del Jueves Santo en la noche, el Santísimo se reserva en lugares especiales para la comunión del Viernes Santo, día en que se conmemora la Pasión y muerte del Señor y en que no se celebra la Eucaristía. Con la consolidación del culto eucarístico en los siglos XII y XIII, se extendió la costumbre de preparar un “sepulcro” a Cristo. He ahí que en muchos lugares se llame todavía “sepulcro” a aquello que nosotros conocemos como monumento.

La devoción popular hizo de este gesto práctico, es decir, reservar las hostias consagradas el Jueves Santo para la comunión del Viernes Santo, todo un despliegue de arte y creatividad. Nosotros heredamos esta tradición ya desde el principio.
 ¿POR QUÉ LA COSTUMBRE DE VISITAR SIETE MONUMENTOS?

¿Por qué el número de siete? Es una costumbre posterior a la de la preparación de los monumentos. Esta se deriva de la usanza romana de visitar las siete iglesias más importantes de Roma, que fomentara y promoviera san Felipe Neri en el S. XVI, y que todavía hoy se conserva.

Este gesto es una especie de peregrinación y sacrificio, que recuerda, según algunos, cuando Jesús fue llevado de un lado a otro durante el proceso seguido antes de su crucifixión.

Según la devoción popular, la visita a los siete monumentos recuerda los siguientes pasajes bíblicos:

1-El recorrido por Jesús desde el lugar de la Ultima Cena, hasta el Huerto de los Olivos;
2-Del huerto a la casa de Anás;
3-De ahí a la casa de Caifás;
4-El tránsito al pretorio de Pilato;
5-De Pilato a la casa del Rey Herodes;
6-Cuando es llevado por segunda vez ante Pilato.
7-El recorrido hacia el Calvario con la Cruz a cuestas.

La costumbre de visitar los monumentos es propia del Viernes Santo, aunque muchos la hacen ya desde el Jueves en la noche. Desde tempranas horas de la mañana se ven numerosos grupos que van de iglesia a iglesia para cumplir con esta hermosa devoción.

sábado, 19 de abril de 2014

Feliz Pascua de Resurección

Feliz Pascua de Resurrección.

Laudate Dominum, omnes gentes:
et collaudate eum omnes populi.
Quoniam confirmata est super nos misericordia eius:
et veritas Domini manet in aeternum.

La Parroquia San Mateo Apóstol de Villanueva del Duque, les desea una santa y feliz Pascua Florida.

jueves, 17 de abril de 2014

Tierra de María, de nuevo en Villanueva del Duque

ESTE SÁBADO, 19 DE ABRIL, EN VILLANUEVA DEL DUQUE:

 2º pase de la PELÍCULA: TIERRA DE MARÍA.

LUGAR: SALÓN POLIVALENTE
HORA: 17:30 HORAS (5:30 DE LA TARDE)
ENTRADA: DONATIVO

martes, 15 de abril de 2014

Martes Santo: Vía Crucis juvenil, en Villanueva del Duque

Organizado por el Grupo de Jóvenes de nuestra parroquia de San Mateo Apóstol, y la colaboración del Coro Juvenil Parroquial, hemos tenido este Martes Santo, un Vía Crucis por las calles de Villanueva del Duque

lunes, 14 de abril de 2014

Domingo de Ramos en Villanueva del Duque

LA   SEMANA   SANTA.  DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA

138. "Durante la Semana Santa la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén".

                Es muy intensa la participación del pueblo en los ritos de la Semana Santa. Algunos muestran todavía señales de su origen en el ámbito de la piedad popular. Sin embargo ha sucedido que, a lo largo de los siglos, se ha producido en los ritos de la Semana Santa una especie de paralelismo celebrativo, por lo cual se dan prácticamente dos ciclos con planteamiento diverso: uno rigurosamente litúrgico, otro caracterizado por ejercicios de piedad específicos, sobre todo las procesiones.

                Esta diferencia se debería reconducir a una correcta armonización entre las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad. En relación con la Semana Santa, el amor y el cuidado de las manifestaciones de piedad tradicionalmente estimadas por el pueblo debe llevar necesariamente a valorar las acciones litúrgicas, sostenidas ciertamente por los actos de piedad popular.
 Domingo de Ramos

                Las palmas y los ramos de olivo o de otros árboles

139. "La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos "de la Pasión del Señor", que comprende a la vez el triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión".

                La procesión que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén tiene un carácter festivo y popular. A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión.

                Sin embargo es preciso instruir a los fieles sobre el significado de la celebración, para que entiendan su sentido. Será oportuno, por ejemplo, insistir en que lo verdaderamente importante es participar en la procesión y no simplemente procurarse una palma o ramo de olivo; que estos no se conserven como si fueran amuletos, con un fin curativo o para mantener alejados a los malos espíritus y evitar así, en las casas y los campos, los daños que causan, lo cual podría ser una forma de superstición.

                La palma y el ramo de olivo se conservan, ante todo, como un testimonio de la fe en Cristo, rey mesiánico, y en su victoria pascual.
 DEL   CATECISMO   DE   LA   IGLESIA   CATÓLICA

La entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén

                559. ¿Cómo va a acoger Jerusalén a su Mesías? Jesús rehuyó siempre las tentativas populares de hacerle rey (cf. Jn 6, 15), pero elige el momento y prepara los detalles de su entrada mesiánica en la ciudad de "David, su Padre" (Lc 1, 32; cf. Mt 21, 1-11). Es aclamado como hijo de David, el que trae la salvación ("Hosanna" quiere decir "¡sálvanos!", "Danos la salvación!"). Pues bien, el "Rey de la Gloria" (Sal 24, 7-10) entra en su ciudad "montado en un asno" (Za 9, 9): no conquista a la hija de Sión, figura de su Iglesia, ni por la astucia ni por la violencia, sino por la humildad que da testimonio de la Verdad (cf. Jn 18, 37). Por eso los súbditos de su Reino, aquel día fueron los niños (cf. Mt 21, 15-16; Sal 8, 3) y los "pobres de Dios", que le aclamaban como los ángeles lo anunciaron a los pastores (cf. Lc 19, 38; Lc 2, 14). Su aclamación "Bendito el que viene en el nombre del Señor" (Sal 118, 26), ha sido recogida por la Iglesia en el "Sanctus" de la liturgia eucarística para introducir al memorial de la Pascua del Señor.

                560 La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesías llevará a cabo mediante la Pascua de su Muerte y de su Resurrección. Con su celebración, el domingo de Ramos, la liturgia de la Iglesia abre la Semana Santa.

viernes, 11 de abril de 2014

Viernes de Dolores: Vía Crucis en la Parroquia San Mateo

 El Vía crucis es una devoción centrada en los Misterios dolorosos de Cristo, que se meditan y contemplan caminando y deteniéndose en las estaciones que, del Pretorio al Calvario, representan los episodios más notables de la Pasión. El Vía Crucis o Camino de la Cruz, es una de las formas más expresivas, más sólidas y extendidas de la devoción del pueblo cristiano a la Pasión de Cristo.
La difusión del ejercicio del Vía crucis ha estado muy vinculada a la Orden franciscana. Pero no fue San Francisco quien lo instituyó tal como lo conocemos, si bien el Pobrecillo de Asís acentuó y desarrolló grandemente la devoción a la humanidad de Cristo y en particular a los misterios de Belén y del Calvario, que culminaron en su experiencia mística en la estigmatización del Alverna; más aún, San Francisco compuso un Oficio de la Pasión de marcado carácter bíblico, que es como un «vía crucis franciscano», y que rezaba a diario, enmarcando cada hora en una antífona dedicada a la Virgen. En todo caso, fue la Orden francisana la que, fiel al espíritu de su fundador, propagó esta devoción, tarea en la que destacó especialmente San Leonardo de Porto Maurizio.
Desde los primeros siglos los peregrinos de Jerusalén veneraban los lugares santos, especialmente el Gólgota y el Sepulcro. Según las revelaciones de Dios a Santa Brígida, luego de la muerte de Cristo, el mayor consuelo de su Madre era recorrer los lugares de aquel sagrado camino regados con la sangre de su Hijo. La imposibilidad de ir a Jerusalén o el deseo de recordar con frecuencia en su propia tierra los momentos de la Pasión, hizo nacer en la cristiandad diversas formas de representar aquellos lugares para ser recorridos en una especie de peregrinación espiritual.
Desde los primeros siglos los peregrinos de Jerusalén veneraban los lugares santos, especialmente el Gólgota y el Sepulcro. Según las revelaciones de Dios a Santa Brígida, luego de la muerte de Cristo, el mayor consuelo de su Madre era recorrer los lugares de aquel sagrado camino regados con la sangre de su Hijo. La imposibilidad de ir a Jerusalén o el deseo de recordar con frecuencia en su propia tierra los momentos de la Pasión, hizo nacer en la cristiandad diversas formas de representar aquellos lugares para ser recorridos en una especie de peregrinación espiritual.
Dice San Bernardo: “No hay cosa tan eficaz para curar las llagas de nuestra conciencia y purgar y perfeccionar nuestra alma como la frecuente y continua meditación de las llagas de Cristo y de su Pasión y Muerte”.
Le dijo Jesús Misericordioso a Santa Faustina Kowalska: "Son pocas las almas que contemplan Mi Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias".