viernes, 6 de diciembre de 2013

Solemnidad de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen, patrona de España

El día 8 de este mes de diciembre, la Iglesia Católica celebra solemnemente la fiesta de la Concepción Inmaculada de María, misterio históricamente defendido por nuestras antiguas universidades, teólogos y santos, españoles, hermosamente representado por nuestros pintores y escultores, bellamente expresado por nuestros poetas y literatos.
El presbiterio de nuestra parroquia, hermosamente adornado para la Inmaculada

María Inmaculada fue proclamada Patrona de España por el papa Clemente XIII, mediante la bula “Quantum Ornamenti”, de fecha 25 de diciembre de 1760. Se lo había solicitado el rey Carlos III, como otros reyes españoles habían hecho repetidamente.

El dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María fue proclamado por el actualmente beatificado papa Pío IX, mediante la bula “Ineffabilis Deus”, de 7 de diciembre de 1854:

“Declaramos y definimos, que es doctrina revelada por Dios, la que sostiene, que la beatísima Virgen María en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente y en previsión de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue preservada de toda mancha de pecado original”.

El 8 de diciembre de 1857, el beato Pío IX hizo construir en la plaza de España de Roma, capital de los Estados Pontificios en los que aún reinaba, el monumento a la Inmaculada que sigue enalteciendo la ciudad. Al bendecir la imagen colocada sobre una esbelta columna frente a la embajada de España, declaró al embajador:

"Fue España, la Nación, que por sus reyes y por sus teólogos, trabajó más que nadie para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Concepción Inmaculada de María"

También es venerada la Inmaculada como protectora de la Infantería española desde que su protección fue percibida especialmente el 8 de diciembre de 1585, en la acción de Bombel (Holanda), en lo que se denomina el milagro de Empel; y ya antes, porque en el Museo del ejército hay un estandarte de 1550 con la Inmaculada. Pero su proclamación oficial como patrona del arma de Infantería española fue establecida el 12 de noviembre de 1892.
Dirijamos, pues, nuestra mirada en este tiempo de Adviento a María, que preparó a conciencia el primer y verdadero adviento.

María es un signo anticipado: de limpieza, de belleza, de santidad, de perfección, de plenitud, de vida nueva, de victoria pascual. Es un anticipo del ideal humano, del proyecto que Dios había soñado para el hombre. Un modelo, por lo tanto, para cada persona humana, para cada creyente, para la Iglesia, para la humanidad. Lo que tanto soñamos y deseamos es posible, en María se ha realizado ya.

Alegre aurora. Cuando aparecen las primeras luces del día, cuando amanece o mañanea, admiramos los tonos de color que vencen la oscuridad nocturna, Y nos alegramos. La luz, además de ofrecernos claridad, nos llena de alegría. Así es la Virgen Inmaculada, suave luz que anuncia victoria sobre el pecado y la muerte, señal segura de que se acerca el día, buena noticia para todos los hijos de la noche, causa de nuestra alegría.

Alegría verdadera, porque nos garantiza salvación y victoria. Después de tantos fracasos, después de tantas derrotas, por fin podemos levantar cabeza. El poder de las tinieblas ha sido superado. En la madre aparece un punto de luz primero, como una flor, pero la luz va creciendo hasta el encanto. Es un regalo, no sólo para los ojos, sino para toda el alma.

Pero la aurora es un anuncio solamente, ella no tiene identidad propia, es una adelantada de otra realidad original, que es el sol. La aurora no es el día, sino que lo anuncia, lo prepara. Sus luces y colores no son propios, sino del sol. La aurora es algo relativo, sin el sol nada sería. Así es María con relación a Cristo, nuestro día y nuestro sol.
Azul celeste, privilegio Papal para España

En las fiestas de la Santísima Virgen, se utilizan ornamentos blancos. Sin embargo, el uso de ornamentos de color azul celeste (color del cielo, que simboliza pureza y la virginidad, y es asociado tradicionalmente a la B. V. María) es un privilegio para España y sus antiguas territorios, aun cuando no se corresponda con el color propio del tiempo litúrgico. Puede usarse en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, Patrona de España (se celebra el 8 de diciembre), su octava (los ocho días posteriores) y todos los sábados en que se permitan las misas votivas de la Santísima Virgen.

Dicho privilegio le fue concedido a España por la Santa Sede en 1864, por su defensa y propagación de la creencia en la Inmaculada Concepción, y por su insistencia a favor de la proclamación del dogma.

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