LA FE DE NUESTROS PUEBLOS
«Que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada» (2 Ts 3, 1): que este Año de la fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. Benedicto XVI "Porta Fidei".-Año de la Fe
LAS TALLAS MEDIEVALES
DE VILLANUEVA DEL
DUQUE
En el año
1955, durante las obras de restauración en la Ermita de la Patrona, la
Santísima Virgen de Guía, al destabicar la puerta lateral, conocida
popularmente como de Alcaracejos, los albañiles comprobaron que el hueco
exterior no se correspondía con el interior, por lo que decidieron agrandar el
arco interno superior para darle mayor luz.
Al hacerlo, descubrieron en
dicho vano, seis tallas de madera románicas, de mediado tamaño, con restos de
policromía, mutiladas, con quemaduras ocasionadas por el fuego, de clara
influencia de la iconografía vasco-navarra de la segunda mitad del Siglo XIII.
Su enorme valor espiritual para
los fieles las salvaron de ser destruidas totalmente en la hoguera, de ahí su principal
deterioro.
Es evidente, que el ser
salvadas del fuego, y posteriormente escondidas en lo que sin duda fue un lugar
seguro, se debía a un tiempo de incertidumbre y belicoso, que bien podría ser
la Guerra de la Independencia de 1808-1814, entre franceses y españoles.
Otra posibilidad, podría ser la
expropiación de bienes de la Iglesia y comunidades religiosas de 1835, durante
el periodo de Desamortización de Mendizábal, Jefe del Gobierno en tiempos de la
Reina María Cristina de Borbón.
Su antigüedad, evidencian que
recibirían culto en la cercana localidad de El Allozo, en la Parroquia de San
Blas, pueblo matriz de Villanueva del Marqués y posteriormente, del Duque, a un
kilómetro escaso de la citada Ermita de la Virgen de Guía.
Representan, por orden de
tamaño, de menor a mayor a:
La Virgen Niña,
que porta un libro en su manos;
la Virgen de Guía con
corona real,;
Santa Lucía, virgen
y mártir, con el platillo de los ojos y la palma de martirio;
San Blas, obispo,
con ornamentos episcopales y en actitud de bendecir;
San Juan Bautista,
con el “Cordero Pascual” en su mano, y
San Mateo Apóstol y
Evangelista, con la pluma propia
de escritor evangélico.
Mención especial merece la talla de la Virgen de Guía, que
fue tratada y restaurada en Madrid, el Departamento de Escultura del Museo
Nacional del Prado, gracias a la gestión de Francisco Alamillos Arévalo.
Debido al gran valor artístico e histórico de la tallas, por
decisión del Obispo Diocesano, monseñor José Antonio Infantes Florido, pasaron
a exhibirse en el Museo Diocesano de
Córdoba, en calidad de depósito, siendo propiedad de la Parroquia de San Mateo
Apóstol de Villanueva del Duque.
Autor: José Cabellero Navas