Ha concluido, en nuestra Parroquia, con notable afluencia de fieles, la Solemne Novena a la Virgen de Guía, con presencia de siete predicadores que han tocado brillantemente diversos aspectos del misterio y devoción a María Santísima: Don Antonio Caballero Medina, don Juan Alamillos Romero, don German Gómez Santos, don Francisco Vigara Fernández, Fray David Ortiz Garcia, don Hector Sánchez Pérez y nuestro propio párroco don Ignacio Mora Vilaltella que completó los días.
Fray David Ortiz Garcia O.F.M, franciscano de Belalcázar, fue el encargado de predicar el octavo día de nuestra Novena
Fray David, en una cercana predicación, nos explicó las consecuencias de la verdadera devoción Mariana, tal como la entiende la Iglesia y su relación al Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI. Distinguiendo entre el hombre verdaderamente creyente y el meramente religioso. La vida eterna y las realidades sobrenaturales son el centro del mensaje evangélico y de la iglesia, que deben impregnar nuestra Esperanza y nuestra vida.
Don Ignacio concelebró la Santa Misa junto al franciscano
Saludo de San Francisco de Asís
a La Virgen María.
¡Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios,
María, virgen convertida en templo,
y elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por El con su santísimo
Hijo amado y el Espíritu Santo Paráclito;
que tuvo y tiene toda la plenitud de la gracia
y todo bien!
¡Salve, palacio de Dios!
Salve, tabernáculo de Dios!
¡Salve, casa de Dios!
¡Salve, vestidura de Dios!
¡Salve, esclava de Dios!
¡Salve, Madre de Dios!
¡Salve también todas vosotras,
santas virtudes, que, por la gracia
e iluminación del Espíritu Santo
sois infundidas en los corazones
de los fieles para hacerlos,
de infieles, fieles a Dios!
-San Francisco de Asís
a La Virgen María.
¡Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios,
María, virgen convertida en templo,
y elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por El con su santísimo
Hijo amado y el Espíritu Santo Paráclito;
que tuvo y tiene toda la plenitud de la gracia
y todo bien!
¡Salve, palacio de Dios!
Salve, tabernáculo de Dios!
¡Salve, casa de Dios!
¡Salve, vestidura de Dios!
¡Salve, esclava de Dios!
¡Salve, Madre de Dios!
¡Salve también todas vosotras,
santas virtudes, que, por la gracia
e iluminación del Espíritu Santo
sois infundidas en los corazones
de los fieles para hacerlos,
de infieles, fieles a Dios!
-San Francisco de Asís
Para cerrar la Novena, contamos con la presencia de don Héctor José Sánchez Pérez, párroco de San Andrés Apóstol de Alcaracejos y de San Sebastián de Añora.
Don Héctor nos comentó en una vibrante homilía el famoso "No temas" del Arcángel San Gabriel a la Virgen Santísima en la Anunciación, y sus consecuencias espirituales, tanto en la vida de la propia María, como sus implicaciones en la vida de nosotros, sus hijos. Bello sermón de piedad mariana de don Hector.
¡Mira a la Estrella, invoca a María!
"¡Oh tú que te sientes lejos de la tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y de las tempestades, si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta Estrella, invoca a María!.
"Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María.
"Si eres agitado por las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la Estrella, llama a María.
"Si la ira, o la avaricia, o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, mira a María.
"Si, turbado a la memoria de la enormidad de tus crímenes, confuso a la vista de la fealdad de tu conciencia, aterrado a la idea del horror del juicio, comienzas a ser sumido en la sima del suelo de la tristeza, en los abismos de la desesperación, piensa en María.
"En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud.
"No te extraviarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en Ella piensas. Si Ella te tiende su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás, si es tu guía; llegarás felizmente al puerto, si Ella te ampara.
(San Bernardo)
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