Santa Misa en la Capilla del Sagrario de la parroquia San Mateo Apóstol, durante la Adoración Nocturna. Noche del veinte de noviembre
La espiritualidad propia de la Adoración Nocturna trata de imitar
a Cristo adorador del Padre, que durante su vida mortal oraba frecuentemente de
noche, y que ahora perpetúa su adoración, su intercesión y su sacrificio
redentor en la Eucaristía. Los grupos de Adoración
Nocturna se reúnen en esas horas de la noche, una vez al mes, para adorar
al Señor, reflexionar y dialogar con El.
LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA ES:
— Afirmación expresa, ante los
hombres, de nuestra fe en la presencia sacramental permanente de Cristo en la
Eucaristía, que deriva del sacrificio y se ordena a la comunión.
— Búsqueda de una vivencia más
intensa del misterio eucarístico para llenarnos de él y hacerlo vida en
nosotros.
— Compromiso concreto de ser, con
nuestra vida, testimonio de la realidad del amor de Dios presente entre los
hombres.
"La adoración de Cristo en
la Eucaristía es la consecuencia ineludible de su presencia real; es un deber y
una obligación de la Iglesia que quiere agradecer la condescendencia de Dios al
estar presente entre nosotros. San Agustín ha expresado este sentimiento
de forma cabal cuando dice que no sólo no pecamos adorando la carne que Cristo
nos da a comer, sino que pecamos no adorando."
SER ADORADOR ES:
— Disfrutar especialmente del
regalo infinito que supone la presencia real de Jesús en el Santísimo
Sacramento.
— Conversar personalmente con Él
en su domicilio terrestre durante el silencio de la noche, como Nicodemo.
"Jesús no es una idea, ni un
sentimiento, ni un recuerdo. Jesús es una persona viva siempre, y presente
entre nosotros. "
LA VOCACIÓN ESPECÍFICA DEL
ADORADOR NOCTURNO
— Como Adoradores, ejercemos ante
Dios lo que constituye un deber de toda criatura racional: reconocer que Dios
es Dios, que es nuestro Creador, nuestro Señor y nuestro Padre; reconocer la
soberanía de Dios sobre todas las cosas y sobre nuestra vida, que dependemos de
Él y suyos somos, que le pertenecemos total y exclusivamente; reconocer también
que Dios es nuestro Salvador en Cristo y nuestro destino.
— Como Adoradores Nocturnos, que
adoramos velando, estamos cumpliendo la misión escatológica de la Iglesia,
Esposa de Cristo, que debe estar amorosamente atenta a la venida del Señor:
"Dichosos los siervos que el
Señor al venir encuentra despiertos; yo os aseguro que se ceñirá, los liará
ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Y si viene en la segunda vigilia
o en la tercera, y los encuentra así, dichosos ellos."
Página de la Adoración Nocturna Española, Pulsa Aquí y ANFE (Córdoba) Aquí
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