El Día
de Todos los Santos es una fiesta "muy antigua" y se remonta al siglo
VIII en las antiguas Galias. Después se extendió entre los monjes benedictinos
para conmemorar a los fieles difuntos y se extendió a toda la Cristiandad, siendo una hermosa Tradición Cristiana.
1 de noviembre: Todos los Santos
El miércoles 1 de noviembre es la
solemnidad litúrgica de Todos los Santos. Se trata de un popular y bien sentida
fiesta cristiana, que al evocar a quienes nos han precedido en el camino de la
fe y de la vida, gozan ya de la eterna bienaventuranza, son ya -por así
decirlo- ciudadanos de pleno derecho del cielo, la patria común de toda la humanidad
de todos los tiempos.
Esta solemnidad litúrgica, la
Iglesia englobaba a todos los santos. Si durante el resto del año litúrgico se
nos ofrecen las memorias de distintos y conocidos santos, en la fiesta del 1 de
noviembre protagonistas, sobre todo, los santos anónimos, los santos
desconocidos, los santos del pueblo, los santos de nuestras familias; santos,
en definitiva, con rostro tan cercano hasta el punto se que no hay duda de que
entre los santos del 1 de noviembre se incluyen amigos, paisanos, conocidos y
familiares.
¿Y qué es ser santo? Afirmaba
días atrás el Papa Benedicto XVI: "El santo es aquel que está tan
fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán
progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a
renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que
experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado del
prójimo".
Santos de carne y hueso
Hace ya unos años el sacerdote y
músico español Cesáreo Gabaraín, autor, por ejemplo, del popular "Tú has
venido a la orillas", compuso una canción en la que nos describía lo que
es la santidad. Decía la letra de la canción: "Un santo no es un ángel, es
hombre de carne y hueso, que sabe levantarse y volver a caminar. El santo no se
olvida del llanto de su hermano, ni piensa que más bueno subiéndose a un altar.
Santo es el que vive su fe con alegría y lucha cada día pues vive para amar".
Además, la fiesta de Todos los
Santos, es también una llamada apremiante a que vivamos todos nuestra vocación
a la santidad según nuestros propios estados de vida, de consagración y de
servicio. En este tema insistió mucho el Concilio Vaticano II, de cuya clausura
se celebran ahora los 40 años. El capítulo V de su Constitución dogmática
"Lumen Gentium" lleva por título "Universal vocación a la
santidad en la Iglesia".
La santidad no es patrimonio de
algunos pocos privilegiados. Es el destino de todos, como fue, como lo ha sido
para esa multitud de santos anónimos a quienes hoy celebramos. Recordémoslo:
"Un santo no es un ángel, es hombre de carne y hueso, que sabe levantarse
y volver a caminar. El santo no se olvida del llanto de su hermano, ni piensa
que más bueno subiéndose a un altar. Santo es el que vive su fe con alegría y
lucha cada día pues vive para amar".
Comunión de los santos
La comunión de los santos,
significa que ellos participan activamente en la vida de la Iglesia, por el
testimonio de sus vidas, por la transmisión de sus escritos y por su oración.
Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han quedado
en la tierra. La intercesión de los santos significa que ellos, al estar
íntimamente unidos con Cristo, pueden interceder por nosotros ante el Padre.
Esto ayuda mucho a nuestra debilidad humana.
Su intercesión es su más alto
servicio al plan de Dios. Podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros
y por el mundo entero.
Aunque todos los días deberíamos
pedir la ayuda de los santos, es muy fácil que el ajetreo de la vida nos haga
olvidarlos y perdamos la oportunidad de recibir todas las gracias que ellos
pueden alcanzarnos. Por esto, la Iglesia ha querido que un día del año lo
dediquemos especialmente a rezar a los santos para pedir su intercesión. Este
día es el 1ro. de noviembre.
Este día es una oportunidad que
la Iglesia nos da para recordar que Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Que
ser santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino
simplemente hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien, con amor y por
amor a Dios. Que debemos luchar todos para conseguirla, estando conscientes de
que se nos van a presentar algunos obstáculos como nuestra pasión dominante; el
desánimo; el agobio del trabajo; el pesimismo; la rutina y las omisiones.
Se puede aprovechar esta celebración para hacer un plan para alcanzar la santidad y poner los medios para lograrlo:
¿Como alcanzar la santidad?
- Detectando el defecto dominante y planteando metas para combatirlo a corto y largo plazo.
- Orando humildemente, reconociendo que sin Dios no podemos hacer nada.
- Acercándonos a los sacramentos.
Nuestros monaguillos: María de Guía, Ana Pilar, José Manuel y Juan; roguemos al buen Dios por su santidad
Día de Todos los Santos:
"Recordar a los difuntos y esperar su resurrección".
La Solemnidad de Todos los Santos
es ocasión propicia para elevar la mirada desde las realidades terrenas,
ritmadas por el tiempo, a la dimensión de Dios, la dimensión de la eternidad y
de la santidad.
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