San Acisclo es el primer mártir
de la historia de la ciudad de Córdoba, junto a su hermana Victoria. Ambos son
los Patrones de Córdoba.
Fueron mártires de la primera
persecución que afectó a la ciudad de Córdoba, bajo el dominio del emperador
Septimio Severo y Dión como pretor.
Fue el 17 de noviembre de 313,
según el acta que se conserva en la biblioteca del Convento de San Juan de los
Reyes en Toledo. cuando San Acisclo fue degollado a las orillas del
río, mientras que Santa Victoria fue asaeteda en el Anfiteatro romano.
Tradicionalmente se conmemora el
17 de noviembre el martirio de los mismos.
Celebración de la Santa Misa Solemne en la conmemoración de los Santos Acisclo y Victoria
¿Qué quiere simbolizar el
incienso?
El incienso crea una atmósfera
agradable y festiva en torno a lo que se inciensa, a la vez que crea un aire
entre misterioso y sagrado por la sutil impalpabilidad de su perfume y de su
humo.
Pero más en profundidad indica la actitud de oración y elevación de la mente hacia Dios. Ya el Salmo 140 nos hace decir: "suba mi oración como incienso en tu presencia".
El incienso es símbolo, sobre todo, de la actitud de ofrenda y sacrificio de los creyentes hacia Dios. El incienso une de algún modo a las personas con el altar, con sus dones y sobre todo con Cristo Jesús que se ofrece en sacrificio.
El
canto expresa y realiza nuestras actitudes interiores. El canto no sólo expresa
sino que en algún modo realiza los sentimientos interiores de alabanza,
adoración, alegría, dolor, súplica. No ha de ser considerado el canto como un cierto ornato que se
añade a la oración, como algo extrínseco, sino más bien como algo que dimana de
lo profundo del espíritu del que ora y alaba a Dios
El canto hace fiesta, crea clima más solemne y digno en la oración: nada más festivo y más grato en las celebraciones sagradas que una asamblea que toda entera, exprese su fe y su piedad por el canto
Coro Juvenil parroquial
Cuando
hablamos de proclamar la Palabra de Dios, estamos hablando de comunicar lo que
Dios quiere decir a su pueblo, de lo que el Señor, creador y Padre de todos,
quiere poner en la mente y el corazón de los que lo escuchan, siempre con la
finalidad de que esa Palabra produzca frutos de vida eterna
El momento del ofertorio es esa
actitud de poner mis pequeñas cosas de todo el día en manos de Dios, en esa
patena, con la certeza de que Él me lo va a multiplicar en una grandeza de
frutos espirituales y apostólicos.
Pon todo tu día en la santa misa
y haz, asimismo, una misa de todo el día. Convierte cada minuto de tu vida en
una ofrenda. Alegría, sorpresa, emoción, asombro, dolor o amargura confiados en
el corazón de Cristo se tornan en eslabones de santidad.
No, no sólo es cuestión de
formas. Significa adoración, significa reconocimiento de la
presencia real de Jesucristo en la eucaristía; significa respeto y actitud de
fe de un hombre que se postra ante Dios porque sabe que todo viene de Él y nos
sentimos anonadados, asombrados, ante la maravilla de Dios, su bondad y su
misericordia. Indica una actitud profunda. A lo que tenemos que
llegar es a esa actitud profunda del hombre que se postra ante Dios.
La participación en la Eucaristía, sacramento de la nueva alianza,
es el culmen de la asimilación a Cristo, fuente de "vida eterna",
principio y fuerza del don total de sí mismo
No es
posible recibir la eucaristía como un alimento privado para después encerrarse
en el propio individualismo. La Eucaristía nos une al Señor y en ese sentido
nos une entre nosotros. Es vinculante, en el sentido de que nos hace miembros
del Cuerpo de Cristo
Nos
arrodillamos ante la humildad y la potencia de Cristo, que ha muerto por nosotros
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