El martes 27 de Mayo y como preparación a la próxima solemnidad de Pentecostés, tuvimos el privilegio, en nuestra Parroquia, de recibir la presencia de Don Félix del Valle, director espiritual del Seminario de Toledo y profesor de su Instituto Teológico, que impartió una interesante charla: "Introducción a la Vida Espiritual en perspectiva de Pentecostés".
En ella desarrolló los fundamentos de una auténtica y adulta vida cristiana que tiene como fundamento la acción del Espíritu Santo, que es la fuerza y el amor de Dios, en la vida del cristiano. Resaltó la importancia del Año Litúrgico en el proceso y crecimiento espiritual y en este marco la transcendencia de la Solemnidad de Pentecostés donde se actualiza y produce una verdadera efusión del Espíritu Santo.
San Pío de Pietrelcina, CARTAS
"Bienaventurada el alma que posee todas estas bellas
virtudes, frutos del Espíritu Santo.
El alma favorecida con su presencia debe colaborar con Él en
estos tres niveles: removiendo positivamente los obstáculos, entregándose del
todo a Él, y dejándose guiar con plena docilidad. Deja que el Espíritu Santo
actúe en tí, abandónate en su influjo y no temas".
Solemnidad de Pentecostés
Aunque durante mucho tiempo, debido a su importancia, esta
fiesta fue llamada por el pueblo segunda Pascua, la liturgia actual de la
Iglesia, si bien la mantiene como máxima solemnidad después de la festividad de
Pascua, no pretende hacer un paralelo entre ambas, muy por el contrario, busca
formar una unidad en donde se destaque Pentecostés como la conclusión de la
cincuentena pascual. Vale decir como una fiesta de plenitud y no de inicio. Por
lo tanto no podemos desvincularla de la Madre de todas las fiestas que es la
Pascua.
Hay que insistir que, la fiesta de Pentecostés, es el
segundo domingo más importante del año litúrgico en donde los cristianos
tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la
Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.
Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de
Pascua es, también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la
Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará
presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e
impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde vivir.
Después de la Ascensión de Jesús, se encontraban reunidos
los apóstoles con la Madre de Jesús. Era el día de la fiesta de Pentecostés.
Tenían miedo de salir a predicar. Repentinamente, se escuchó un fuerte viento y
pequeñas lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos.
Quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en
lenguas desconocidas.
Todos ellos, desde ese día, ya no tuvieron miedo y salieron
a predicar a todo el mundo las enseñanzas de Jesús. El Espíritu Santo les dio
fuerzas para la gran misión que tenían que cumplir: Llevar la palabra de Jesús
a todas las naciones, y bautizar a todos los hombres en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
Es este día cuando comenzó a existir la Iglesia como tal.
Los siete dones del Espíritu Santo:
Estos dones son regalos de Dios y sólo con nuestro esfuerzo
no podemos hacer que crezcan o se desarrollen. Necesitan de la acción directa
del Espíritu Santo para poder actuar con ellos.
SABIDURÍA: Nos permite entender, experimentar y saborear las
cosas divinas, para poder juzgarlas rectamente.
ENTENDIMIENTO: Por él, nuestra inteligencia se hace apta
para entender intuitivamente las verdades reveladas y las naturales de acuerdo
al fin sobrenatural que tienen. Nos ayuda a entender el por qué de las cosas
que nos manda Dios.
CIENCIA: Hace capaz a nuestra inteligencia de juzgar
rectamente las cosas creadas de acuerdo con su fin sobrenatural. Nos ayuda a
pensar bien y a entender con fe las cosas del mundo.
CONSEJO: Permite que el alma intuya rectamente lo que debe
de hacer en una circunstancia determinada. Nos ayuda a ser buenos consejeros de
los demás, guiándolos por el camino del bien.
FORTALEZA: Fortalece al alma para practicar toda clase de
virtudes heroicas con invencible confianza en superar los mayores peligros o
dificultades que puedan surgir. Nos ayuda a no caer en las tentaciones que nos
ponga el demonio.
PIEDAD: Es un regalo que le da Dios al alma para ayudarle a
amar a Dios como Padre y a los hombres como hermanos, ayudándolos y
respetándolos.
TEMOR DE DIOS: Le da al alma la docilidad para apartarse del
pecado por temor a disgustar a Dios que es su supremo bien. Nos ayuda a
respetar a Dios, a darle su lugar como la persona más importante y buena del
mundo, a nunca decir nada contra Él.
Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forma en
nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de
la Iglesia enumera doce:
Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.
Oración al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y
enciende en ellos el fuego de tu amor; envía Señor tu Espíritu Creador y se
renovará la faz de la tierra.
OH Dios, que quisiste ilustrar los corazones de tus fieles
con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, guiados por este mismo Espíritu,
obremos rectamente y gocemos de tu consuelo.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Amén.
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