viernes, 15 de agosto de 2014

Tradiciones villaduqueñas: "Ir a por la Virgen de Guía"

“IR  A  POR  LA  VIRGEN  DE  GUÍA”,  IR  A  SU  ENCUENTRO

                Cada trece de agosto, a la caída del sol, los villaduqueños, tienen un cita obligada con su Patrona, la Santísima Virgen de Guía, en lo que popularmente se llama “ir a por la Virgen” hasta el vecino pueblo de Hinojosa del Duque, donde  la Virgen, en la iglesia parroquial de San Juan Bautista, está desde primeros del mes de mayo, hasta que el catorce de agosto, la traigan hasta Villanueva del Duque, para dar comienzo así a sus fiestas patronales en su honor, y en el de san Jacinto.

                La voz popular de ir a por la Virgen es una expresión metafórica, pues la Virgen permanecerá por varias horas más en Hinojosa, y será su Hermandad, la que verdaderamente la acompañe y traslade hasta nuestro Pueblo, y sea entregada a la Autoridad Eclesiástica.

                “La Iglesia, peregrina en este mundo”, toma la necesidad de manifestar públicamente su fe, y el cristiano se vuelve peregrino votivo, es decir, le mueve un fin más allá de la expresión física.

                La peregrinación como dimensión escatológica, como camino al santuario, que se convierte por unas horas de la noche la iglesia parroquial de san Juan Bautista, es sinónimo del camino hacia el Reino; de la fatiga del camino, a la contemplación serena del rostro de la Madre.
                El camino que une Villanueva del Duque con Hinojosa del Duque, el Camino Mozárabe, se convierte en tiempo penitencial; de consciencia  sobre lo vivido y experimentado, y de saberse deudor de gracias recibidas.

                Y es al mismo tiempo, dimensión festiva, habida cuenta del gozo que supone el poder realizar ese camino, para cumplir el deseo; de la alegría de conocer lo que se encontrará en la meta.

                Es, destino de culto. Es allí, donde tras el hacer el camino, se tributa culto a la Virgen de Guía, en donde cada uno expresa su gratitud hacia la celestial intercesora, a quién, de generación en generación, los fieles han elevado sus súplicas, agradecimientos y misericordias.
                Culmina esta peregrinación, como camino de fe heredada y trasmitida; como camino de oración, en eso, oración íntima y sincera ante Ella, la Reina y Madre de Villanueva del Duque.

                Y ya, volver a casa.

                Recordando  todo lo vivido desde ese otro agradecimiento a la Virgen, el de poder haber cumplido un año más el “ir a por la Virgen”, volver hacerlo, y esperando ahora sí, su entrada triunfal en el Pueblo, como Patrona nuestra. No hay mejor título.   

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