San Cristóbal patrón de los conductores
El Pregón de San Cristobal 2014 corrió a cargo de don Francisco Vigara
Miembros de la Junta Directiva de la Asociación de San Cristóbal con el párroco don Ignacio, tras la Santa Misa
Miembros de la Asociación de San Cristóbal de Villanueva del Duque
Bendición de los vehículos a cargo del párroco don Ignacio Mora Vilaltella
Oración de bendición
Cristóbal significa "el que
carga o portador de Cristo".
San Cristóbal, popularísimo
gigantón que antaño podía verse con su barba y su cayado en todas las puertas
de las ciudades: era creencia común que bastaba mirar su imagen para que el
viajero se viese libre de todo peligro durante aquel día. Hoy que se suele
viajar en coche, los automovilistas piadosos llevan una medalla de san
Cristóbal junto al volante.
¿Quién era? Con la historia en la
mano poco puede decirse de él, como mucho que quizá un mártir de Asia menor a
quien ya se rendía culto en el Siglo v. Su nombre griego, «el portador de
Cristo», es enigmático, y se empareja con una de las leyendas más bellas y
significativas de toda la tradición cristiana. Nos lo pintan como un hombre muy
apuesto de estatura colosal, con gran fuerza física, y tan orgulloso que no se
conformaba con servir a amos que no fueran dignos de él.
Cristóbal sirvió primero a un rey, aparente señor de la
tierra, a quién Cristóbal vío temblando
un día cuando le mencionarón al demonio.
Cristóbal entonces decidió
ponerse al servicio del diablo, verdadero príncipe de este mundo, y buscó a un
brujo que se lo presentará. Pero en el camino el brujo pasó junto a una Cruz, y
temblando la evitó. Cristóbal le pregunto entoncés si él le temía a las cruces,
contestandole el brujo que no, que le temía a quién había muerto en la Cruz,
Jesucristo. Cristóbal le pregunto entonces si el demonio temía también a
Cristo, y el brujo le contestó que el diablo tiembla a la sola mención de una
Cruz donde murió él tal Jesucristo.
¿Quién podrá ser ese raro personaje
tan poderoso aun después de morir? Se lanza a los caminos en su busca y termina
por apostarse junto al vado de un río por donde pasan incontables viajeros a
los que él lleva hasta la otra orilla a cambio de unas monedas. Nadie le da
razón del hombre muerto en la cruz que aterroriza al Diablo.
Hasta que un día cruza la
corriente cargado con un insignificante niño a quien no se molesta en
preguntar; ¿qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del río su peso se
hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la
orilla: Cristóbal llevaba a hombros más que el universo entero, al mismo Dios
que lo creó y redimió. Por fin había encontrado a Aquél a quien buscaba.
--¿Quién eres, niño, que me
pesabas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?--Tienes razón, le
dijo el Niño. Peso más que el mundo entero, pues soy el creador del mundo. Yo
soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás
Cristóforo, Cristóbal, el portador de Cristo. A cualquiera que ayudes a pasar
el río, me ayudas a mí.
Cristóbal fue bautizado en
Antioquía. Se dirigió sin demora a predicar a Licia y a Samos. Allí fue
encarcelado por el rey Dagón, que estaba a las órdenes del emperador Decio.
Resistió a los halagos de Dagón para que se retractara. Dagón le envió dos
cortesanas, Niceta y Aquilina, para seducirlo. Pero fueron ganadas por
Cristóbal y murieron mártires. Después de varios intentos de tortura, ordenó
degollarlo. Según Gualterio de Espira, la nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron
a Cristo.
San Cristobal es un
Santo muy popular, y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado, lo
han cantado con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca,
decora muchísimas catedrales, como la de Toledo, y nos inspira a todos
protección y confianza.
Sus admiradores, para simbolizar
su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes, le
representaron de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un árbol
lleno de hojas por báculo.
Esto ha dado lugar a las leyendas
con que se ha oscurecido su vida. Se le considera patrono de los
transportadores y automovilistas.
Bendición de los coches y motocicletas
Preparación para la procesión por las calles de Villanueva del Duque
ORACIÓN A SAN CRISTÓBAL
(patrono de los automovilistas y
choferes)
Señor, que das la vida y la
conservas,
suplico humildemente guardes hoy
la mía.
Dame, Dios mío, mano firme y
mirada vigilante
para que a mi paso no cause daño
a nadie.
Libera, Señor, a quienes me
acompañan
de todo mal, incendio o
accidente.
Enséñame a hacer uso de mi coche
para remedio de las necesidades
ajenas.
Haz, en fin, Señor, que no me
arrastre
el vértigo de la velocidad y que
siga
y termine felizmente mi camino.
Te lo pido, Señor, por los
méritos
de tu Santísimo Hijo Jesucristo
y por la intercesión de la Virgen
María.
Amén
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